Metal Zulia
El estado Zulia siempre ha sido caldo de cultivo
para los estilos más pesados de la escala rockera, la variedad y calidad de la
producción metalera zuliana es reconocida en todo el país y fuera de nuestras
fronteras.
El metal siempre ha sido uno de los puntos fuertes
en el menú local, y recorre toda la gama sonora desde lo melódico a lo extremo,
cuando las agrupaciones zulianas deciden pisar la distorsión y acelerar los tiempos
de la batería, es entonces cuando mucho de lo mejor que ha dado este estado en
el tema rock, sale a la luz.
Bandas del heavy más tradicional o del power metal
mas melódico han tenido por hogar el calor del Zulia, y ese mismo calor, no ha
sido nunca impedimento para desarrollar el sonido de influencias nórdicas y
europeas que muchos de estos géneros requieren; y a pesar que las letras de
dioses vikingos, dragones y espadas no parecieran encajar con nuestra
idiosincrasia, igual han logrado calar tanto entre los músicos como con el
público.
Por otro lado, el metal alternativo demuestra
capacidades creativas y una originalidad sin par cuando lleva la etiqueta de
hecho aquí, ya sea cantado en inglés o español, desde Maracaibo o la Costa
Oriental, las propuestas se han mostrado contundentes y exitosas, dando origen
a una evolución en el estilo que llega hasta nuestros días.
También, las tendencias más extremas germinaron a
cuarenta y tantos grados de temperatura, más rápido, más fuerte, más
distorsionado, más pesado, esa parece ser la consigna de los headbangers del
lugar, que se enorgullecen de su historia, de su evolución y de la movida que
han creado.
Asimismo, sub géneros como el thrash, el groove, el
speed y otros, con una carga agresiva muy alta e intensa han ajustado como
hecha a la medida con la forma del ser del zuliano, eso sin nombrar a uno de
los estilos que más se ha tocado en las tarimas locales y con el mayor éxito,
el hardcore (o hardcore metal) frenético, violento, con letras sociales muy
marcadas y una inclinación por la protesta social que bien podría ser herencia
de los viejos gaiteros y juglares de esta tierra.
Y es que por hacer rock, no quiere decir que la
zulianidad se haya dejado de lado, en realidad, el regionalismo es una gran
bandera que se lleva en la letra, en las experiencias y en la manera de hacer
música, me atrevería a decir que en metalero maracucho, y zuliano en general,
guarda estrecha relación en su forma de ser, de ver la vida, de enorgullecerse
e indignarse, con el resto de los artistas autóctonos y representativos de
nuestra región.
Los mismos metaleros, han creado su propia serie de
códigos y elementos propios de un habla coloquial y muy nuestra, donde el mosh
pit se convierte en “la olla”, los indeseables son los “chorometal” y el
“tupá-tupá” es la onomatopeya de un ritmo de batería a gran velocidad.
Desde las bandas iniciadoras, las que crearon una
plataforma, hasta las que ahora se juegan la piel en el escenario a base de
sudor, volumen y agresividad pura y todas las que han grabado alguna de las
piezas más impresionantes de este movimiento, al público fiel que levantando
índice y meñique desde un puño cerrado y moviendo las cabezas dan fe de la
vigencia de un movimiento contracultural que cada día crece y se establece bajo
el calor y el sol de la región.
Nos leemos la que viene...
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